Lo nuestro eran los paseos,
cualquier momento era perfecto
cualquier excusa buena.
A él le gustaba mi olor,
a mi la forma en que miraba.
Buscábamos calles tranquilas,
callejones estrechos...
con la intención de encontrar
el contacto de nuestros cuerpos.
Él escuchaba mis delirios con detenimiento...
me tenía completamente enamorada,
me sentía escuchada,
amada,
y respetada.
No había sexo,
ni tan siquiera besos...
Lo nuestro era amor desde el plexo solar.