domingo, 26 de abril de 2015

EL FILOSOFO Y SU ELOCUENTE MEDITACIÓN




"Bill, me pesa el Alma."
 



Esa frase atormentaba a Bill,

se la repetía constantemente,

era su mantra.



"Bill, me pesa el alma."

le decía ella ,

a lo que Bill contestaba:

"Tranquila Ingrid, se te pasará  durmiendo"

y ya no decía más nada.

Nunca nada.



Después de tanto tiempo sin ella,

él la recordaba repitiéndose una y otra vez:

"Bill me pesa el Alma"

Así  el filosofo se torturaba...


Bill Realmente la amaba,

aunque no supiera escucharla...