A lo lejos se oye
el eco de un zumbido azul,
sordo,
hueco
y silencioso,
de estremecedora presencia.
Mi respiración sobrecogida
aturde mis sentidos,
a todos ellos.
Soy una baso vacío
y roto.
Los cristales que no ves
sangran invisibles,
como torrentes demenciales,
eso significa que;
ni tu ni nadie sabe enfrente de quien se haya.
Hay quien araña por una palmadita en la espalda
pero yo eleve mi alma
a una esperanza sagrada..
Tan imperfecta...
tan transparente...
a veces...tan inocente...
Así voy,
viajando a lo desconocido,
que no es más
que hacia mi misma.